Las 5 mejores peleas de Muhammad Ali
Las 5 mejores peleas de Muhammad Ali
La leyenda del boxeo Muhammad Ali, cuyo nombre de nacimiento era Cassius Clay, es considerado uno de los boxeadores y deportistas más extraordinarios de la historia porque, además de sus reconocidas dotes atléticas, fue protagonista fuera del ring de procesos sociales y políticos de gran trascendencia.
Tres veces campeón del mundo de los pesos pesados y campeón olímpico de los semipesados en 1960, disputó 61 combates como profesional, con 56 victorias y tan solo 5 derrotas. Aunque se autodenominó “el más grande de todos los tiempos", la trascendencia y mística de algunos de sus combates, que inspiraron literatura y películas, le dieron la razón.
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Aquí te presentamos, una selección de sus mejores peleas, consideradas como algunas de las memorables de toda la historia del boxeo.
Cassius Clay (Ali) vs Sonny Liston I
25 de febrero de 1964
Miami Beach, Florida
Aún bajo su nombre de nacimiento, Cassius Clay (quien por entonces tenía tan solo 22 años), se enfrentaría al exconvicto Sonny Liston, el púgil más temido de la época y quien ostentaba los títulos de campeón de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), de la Comisión Atlética de Nueva York (NYSAC por sus siglas en inglés) y el recién fundado Consejo Mundial de Boxeo (CMB), por lo que Liston tenía todo a su favor
El impetuoso Cassius Clay, ya daba señales de la personalidad que lo distinguiría por el resto de su carrera: hablaba más de la cuenta y se burló de Liston sin cesar en la previa de la pelea. Hasta llegó a escribirle un poema que fue leído por su sparring, por lo que pocos esperaban que ganara y lo consideraban un bocón. Sin embargo, esto contribuyó a generar una gran expectativa.
También aseguró que para esa pelea "flotaría como una mariposa, y picaría como una abeja", una frase atribuida a uno de sus asistentes, y la cual se repetiría a lo largo de su carrera deportiva.
Sin embargo Clay salió fuerte, y con unas cualidades que no encajaba en el molde de lo que se suponía que debía ser un peso pesado: velocidad de pegada, un juego de piernas y una esgrima jamás vistos en alguien de su tamaño, con lo que sacó ventaja frente a un lento Liston, del que no se sabía qué edad tenía ya que en su natal Sand Slough (Arkansas) muchos hombres de raza negra no tenían partida de nacimiento; Se especulaba que rondaba los 32 años, aunque otros analistas consideran que rozaba los 40. No obstante había alcanzado el título mundial destrozando a Floyd Patterson en 1962.
En el primer asalto ya se intuiría el desenlace: Sonny lanzaba mazazos al aire, mientras Clay le esquivaba a placer. Después del sexto round, Liston, con heridas y moretones bajo los ojos y aparentemente con un hombro lesionado, anunciaba que no podía continuar. Clay ganó la pelea por nocaut técnico, y acto seguido, el nuevo campeón mundial indiscutido bailoteó en el cuadrilátero, y empezó a gritar al público y periodistas: "Soy el más grande!"
Cassius Clay (Ali) vs Sonny Liston II
25 de mayo de 1965
Lewiston, Maine
Sonny Liston obtuvo la revancha contra el campeón Clay, ahora convertido al islam y llamado Muhammad Ali, en uno de los más controvertidos resultados en la historia del boxeo. El enfrentamiento inició con Liston lanzando jabs a la cabeza del campeón, así como golpes al cuerpo. Mientras evadía el ataque en el primer asalto, Ali desde abajo conectó un certero golpe de derecha que derrumbó al retador, pero sucedió que el réferi Joe Walcott no había coordinado el tiempo transcurrido con el encargado de llevar el cronómetro. Cuando lo hizo, unos trece segundos habían transcurrido. Liston se puso en pie y parecía que ambos reanudarían el combate; pero Walcott fue notificado que el cronometrador había contabilizado en diez segundos el tiempo que Liston había permanecido en la lona. En consecuencia, Walcott interrumpió el combate y proclamó a Ali como el ganador.
El enredo provocó que la pelea se convirtiera en una de las más polémicas de la historia del boxeo. Muchos de los asistentes no vieron el golpe decisivo en el cuerpo de Liston, por lo que los críticos lo apodaron como "golpe fantasma". Teorías ajenas al combate, especularon la influencia de la mafia neoyorquina en ambas peleas, para que Liston las perdiera.
Muhammad Ali vs Floyd Patterson
22 de noviembre de 1965. Las Vegas
Ali se enfrentó al excampeón mundial de los pesos pesados Floyd Patterson. Para ese tiempo, Ali se encontraba en conflicto con los medios de comunicación, debido a sus polémicas declaraciones en contra del cristianismo y la integración racial. Por su parte, Patterson, que era cristiano, insistía en llamarle por su antiguo nombre, Cassius Clay, y proclamaba que devolvería el título mundial a los Estados Unidos. Las declaraciones enfurecieron a Ali, quien llamó a Patterson Tío Tom, un término peyorativo utilizado por los negros estadounidenses para referirse a los negros muy serviciales con los blancos o simplemente poco reivindicativos.
La pelea terminó con victoria para Ali por nocaut técnico en el décimo segundo asalto. Durante todo el combate, pasó gritando a Patterson lo que se convertiría en otra de sus frases más recordadas: ¡¿Cuál es mi nombre tonto?!
Ali vs. Joe Frazier (1) (La pelea del siglo)
8 de marzo de 1971, Nueva York
Tres veces se enfrentaron en el cuadrilátero ALI y JOE FRAZIER, consideradas por algunos como la quintaesencia del boxeo. Para su primer enfrentamiento en marzo de 1971, ambos boxeadores llegaron invictos a reclamar el trono de los grandes pesos. Pero Alí había sido desposeído del título en 1967 por negarse a acudir a Vietnam, pasando tres años y medio bajo arresto y sin licencia. Había regresado cinco meses antes, cosechando dos triunfos ante Jerry Quarry y Óscar Bonavena por KO técnico. Frazier entretanto, había aprovechado la ausencia de Alí para emerger y ceñirse el cinturón venciendo a Buster Mathis y Jimmy Ellis. Tampoco conocía la derrota.
Estos antecedentes, hicieron que este combate celebrado en el Madison Square Garden despertara una expectación inusitada y batió todos los récords de taquilla y audiencia televisiva: 50 países compraron la transmisión. El público estaba partido en dos: lo que estaban con Muhammad quien simbolizaba la rabia legítima de la raza negra y el desafío al poder, o los que estaban con Smokin’ Joe Frazer, el campeón adoptado por los pro belicistas blancos más conservadores o de la "mayoría silenciosa" partidaria de la guerra del presidente Richard Nixon en Vietnam, una imagen que el propio Ali se encargó de alimentar, tildando a su rival de títere al servicio de los poderosos.
Nadie quiso perdérselo: entre el público estaban Frank Sinatra o Woody Allen y el actor Burt Lancaster quien hizo su debut como comentarista de TV. Ali dominó los tres primeros ‘rounds’ al castigar con varios golpes a Frazier hasta que encajó un tremendo gancho de izquierda que le hizo tambalearse. Luego el mando correspondió a Frazier, y el combate estuvo muy equilibrado hasta el 11º asalto, cuando Joe comenzó a tener el control y a castigar a Alí, hasta que temprano en el decimoquinto asalto, Frazier conectó un gancho de izquierda y Ali, con la mandíbula hinchada, se levantó rápidamente y se mantuvo de pie, aguanto luego una lluvia de golpes. Pero las cartulinas estaban a favor de Frazier y esta sería la primera derrota profesional de Alí.
Mohamed Alí vs. George Foreman
‘Rumble in the Jungle’
30 de octubre de 1974
Kinshasa, Zaire (Actual República del Congo)
Esta es una pelea mítica, que inspiró películas y documentales. "El rugido en la jungla" (Rumble in the jungle) fue la primera pelea por el título de los pesos pesados que se disputó en África y en ella se encontraron dos de los mayores púgiles de la historia por la corona del peso completo. Por un lado, un aparentemente proscrito Alí de 32 años que estaba 7-1 abajo en las apuestas; por otro un joven George Foreman de 25 años, temido por su pegada y presencia física pura, considerado hasta entonces invencible, ya que estaba invicto en 40 combates y venía de propinar sendas palizas a Joe Frazier y Ken Norton en peleas que, combinadas, apenas duraron 4 asaltos.
Alí se había entrenado en el país africano de manera especial para asimilar el castigo que sabía le iba a propinar Foreman. La gente del lugar le recibió con los brazos abiertos, considerándole un luchador por los derechos de la raza negra. Él alimentó ese cariño saliendo a entrenar por las calles de la capital y acercándose a la gente, mientras Foreman permanecía recluido en el gimnasio de su hotel.
Durante la pelea, Foreman mantuvo siempre la iniciativa golpeando con energía en medio de un calor sofocante, alentado por la provocación verbal de Alí, quien forzaba constantes interrupciones agarrando a Foreman. El público también le era adverso, ya que apoyaba a Alí gritando con efervescencia "¡Ali, boma ye!" ("¡Ali, mátalo!") en lingala, la lengua del país.
Alí aguantaba el festival de golpes y lanzó menos pero más certeros: al inicio del cuarto y de nuevo al final del quinto, conectó a Foreman una combinación de golpes. Al final del octavo round llega el momento que esperaba Alí: tras agotar Foreman, conecta una combinación final: un gancho de izquierda y un certero derechazo que estallaron en el rostro del poderoso George. El campeón besó la lona con un fabuloso nocaut y no pudo levantarse antes de la cuenta del árbitro. Ali magistralmente volvía a ser campeón del mundo de los pesos pesados.
“Pensé que sería un KO más para mi colección hasta que, en el séptimo asalto, le propiné un tremendo puñetazo en la mandíbula. Acto seguido me agarró la nuca y me susurró al oído: ‘¿esto es todo lo que tienes, George?’. En aquel momento supe que el combate no acabaría como yo había planeado”. Estas palabras de George Foreman son el mejor resumen posible de uno de los momentos álgidos de la historia del deporte.
Muhammad Ali vs. Joe Frazier III,
Octubre 1 de 1975. Manila, Filipinas
“Thrilla in Manila”. Amenaza en Filipinas.
Este combate es considerado por la Revista TIME como el mejor de la historia de boxeo. Fue la extraordinaria culminación de la trilogía Ali-Frazier, una rivalidad sin comparación. Esta vez era Muhammad Alí el campeón y Joe el aspirante, y el hecho de que tuvieran 33 y 31 años respectivamente, no restó un ápice de fiereza al combate.
El nombre de Suspense en Manila, fue de nuevo obra del ocurrente Ali, que calentó los ánimos como nunca, tildando a su oponente de “gorila” y cantando una hiriente rima al respecto
Mientras Ali tenía una preparación ajetreada, con sonados conflictos con su esposa por tema de faldas, Eddie Futch, ‘coach’ de Frazier, decidió apartarle del calor y la humedad de Manila y le recluyó en las montañas, donde entrenó con intensidad.
El asfixiante calor filipino hizo que las condiciones se convirtieran en lo más parecido al infierno. Esta vez Ali salió rápido y agresivo, provocando verbalmente, como solía, a un rival fácil de sacar de sus casillas. Pero Frazier contraatacó y sacó toda su artillería. Ali entró en su juego, encajando golpes terribles que habrían tumbado a cualquiera, y el duelo se convirtió en una pugna descarnada, todo corazón, olvidadas las estrategias en el rincón, con dos hombres exhaustos cuya única obsesión era batir al otro a cualquier precio.
Frazier dominó los asaltos intermedios, pero comenzó a cansarse en el décimo y Ali comenzó a girar con agilidad. En el undécimo round Ali conectó una serie de combinaciones rápidas que dejaron a Frazier con los ojos cerrados por la hinchazón de sus párpados. Apenas veía. Aun así, resistió, hasta encajar una andanada brutal en el 14º y penúltimo asalto.
El entrenador de Frazier, Eddie Futch, al ver el estado en que se encontraba, no le dejó salir al ring en el ‘round’ final. Frazier estaba completamente ciego, pero protestaba: “Quiero salir, jefe”. Futch respondió: “Se terminó. Nadie olvidará lo que hiciste hoy”.
En cuanto Ali, en un arranque típico de modestia, describió a su oponente como “el más grande peleador de todos los tiempos, después de mí”. Tiempo después diría que “Frazier se retiró un segundo antes de que lo hiciera yo. No podía luchar más”.
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